sábado, 6 de noviembre de 2010

Ton reflet

Te estás borrando poco a poco de mi. Tu huella cada vez se esfuma más, día a día. Tu recuerdo ya no es nítido en mis pupilas, tu olor se funde con el tiempo y emborrona el sabor de tu boca.
Tus manos sobre mi suerpo se van convirtiendo en plumas que acarician levemente mi piel, como un cosquilleo efímero de pura felicidad. Como una sombra, escondida trás el tiempo.
Me he estado resistiendo, te lo juro. He estado luchando perseverantemente contra el olvido. He intentado con tdas mis fuerzas mantenerte cerca, viendote en otros ojos, besándote en otros labios. Pero no lo logro, es imposible. No puedo traerte conmigo, no puedo obligar al destino a que enlace nuestros caminos.
Me duele dejarte ahí, en ese pedazito de conciencia donde el aire no se mueve, donde quedan los recuerdos grises, borrosos. Me duele cerrar la puerta de tu habitación, me duele porque sé que cuando la vuelva a abrir, tú ya no estarás dentro. Solo quedarán las cenizas de una noche ardiendo en tu fuego.

Qué voluble es el sentimiento, que cruel los flechazos que tan solo dejan una herida abierta. Y tú, lejos de todo, lejos en cuerpo y alma de mi conciencia. Sin saber que lo que siento podría mover montañas, hundir continentes y juntas ciudades.
Te ofrezco mis manos, desnudas, vacías de prejuicios y mentiras
Te ofrezco un halo de vida, un suspiro del futuro aún no escrito.
Una descarga eléctrica, un reflejo de la felicidad en estado puro. Un reflejo de ti y de mi.

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