sábado, 24 de diciembre de 2011



         "Feliz Navidad" suele decir la gente, mientras el mundo real sigue girando a una velocidad incontrolable. Luces, compras, familia, expectación es la cara televisiva de la navidad, un año que se termina.

Pero detrás, como siempre, existe otra cara mucho menos gustosa para el colectivo. Personas que pasan estás navidades y muchas otras añorando, soñando, recordando, sufriendo, llenando vacíos. Personas para las que solo es un día más en la calle, otro año de miseria.

La falsedad, la alegría precocinada, las sonrisas de cartón inundan los salones de las casas. Todo se vuelve  bonito y positivo. Pero no es más que volver a tapar la mierda con la alfombra.

Seguir manteniendonos en lo normal, en el ritual y evadiéndonos de todo aquello que nos preocupa realmente, dejándolo de lado.

No es que odie la Navidad, dudo que sea algo que se pueda odiar, simplemente, no la entiendo.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Nostalgia

















Nostalgia convertida en piedra. Silencio abrumador que inunda todo. Se lleva todo por delante. No comprendo que me ocurre. No soy capaz de desenredar el ovillo que está  apretando mis entrañas. El dolor forma parte de un todo. Quizás de un nada.

Destellos de felicidad que ahora parecen tan efímeros. Tan lejanos. Lágrimas que se niegan a rodar por mis mejillas. Incluso ellas están cansadas.

Sentimiento infantil. Absurdo. Incomprensible. Inunda todo mi ser y me encoge como un pedazo de plástico bajo una llama. Retorciendose. Desprendiendo un hedor a silencio.

No puedo conectar con lo que me rodea. Mi mente se aísla del exterior. No puedo devolverte la sonrisa. No me sale. No puedo dejarte oír mi carcajada. No soy capaz.

Solo quiero dormir. Cerrar los ojos y trasladarme. Sentirme mejor. Sentirme viva en un islote del Aqueronte.

A veces me gustaría tener un botón. Pulsarlo y esfumarme del mundo

Demasiados cuervos. Demasiadas sombras. Demasiado difícil.
Dilema por elegir. Indecisión de vida. No se sentirme llena. Mi sed de felicidad es engañosa. Mi inconformismo. Mi inquietud. Mis preguntas atormentadoras. Mis juicios. Mis miedos.

Yo misma.

lunes, 29 de agosto de 2011

En la boca del estómago

Somatización de sentimientos, sabor amargo de ilusiones inocuas, versátiles. Razón de querer seguir aqui, de seguir existiendo, de no darle la mano y marcharme resguardada en el olvido de un verano soleado en mi interior y tan lluvioso allí afuera.

Te vas, me largo. Te acercas, me fundo en un sin fin de sensaciones físicas, punzadas mentales que trastocan mi día. Reprimiendo las arcadas de sentimientos que fluyen dentro de mi misma, que luchan por salirse de mis entrañas. "Quedaros ahí" susurro hacia mis adentros, "Aguantad, tranquilizaros. Respira, alma, respira".

Estoy dando mis primeros pasos en el mundo del razonamiento pasional.
 Estoy aprendiendo, colocando, pensando sin ser pensada, siendo yo misma.
No dejando que me arrastren esos pequeños fantasmas que de vez en cuando me hacen ser un caballo desbocado, perdido en la marea revuelta de emociones, descontrolada e infantil, sin ser, sin pensar, sin exisitir.

Necesito tu mano. Miento, no la necesito, no necesito más que hablar conmigo misma. Corrijo. Deseo tus brazos, rodeandome y dandome calor, ese calor que tanto me hace falta, ese calor que tanto tiempo llevo esperando y que ahora cuelga de un hilo de seda. Un hilo brillante que determina mi valía, mi fuerza, mi saber estar.

Evolución, cambio, constancia, perseverancia, madurez. Palos, palos y más palos. Lágrimas, palabras que duelen, diferentes formas de ver la vida, diferentes formas de amar.

No es por estar, es por vivir, por sentir por evolucionar de tu mano, por abrir los ojos, por cambiar conceptos, por tirar abajo muros, por demostrarte y demostrarme. Por aferrarme a tu corazón, por llegar a tus adentros y beber del elixir de la felicidad. Por esa sonrisa que has pintado. Por lograr que este humo negro, esta telaraña de miedos, se desvanezca.

Será un reto, una meta con fracaso o triunfo, depende como me lo tome, depende como me sienta, de una manera u otra, no podra conmigo. No me hará olvidar lo que soy y lo que he aprendido este verano lluvioso, en el que tanto ha salido el sol. Salga como salga, cambie como cambie, me sienta como me sienta mañana, la semana que viene o el mes que viene, no permitiré que pase de aquí, de una molestia en la boca del estómago. De un nudo. De algo que está tomando forma, que se está dejando ver, que me dejará enfrentarme a ello. Maltido miedo que tanto me has hecho perder y aprender. Malditas sean tus secuelas de guerra que tanto me han costado. Esta vez la guerra es diferente, ya no estamos en desventaja. Esta vez, por primera vez, siento, pienso, creo, mi arma más poderosa, que puedo derrotarte, al menos por ahora.

No quiero colocarte mi victoria sobre tu decisión, se que depende tan solo de mi. Que te alejes, que te esfumes, que desaparezcas, no puede ir unido a como me sienta yo sobre esta lucha. Como dices tú, ese es otro tema.

jueves, 16 de junio de 2011

De pronto

Y de pronto todo explota.

Se cierran las puertas del tren. Tarde. Se pone en marcha. Te alejas. Me alejo. Amarga despedida. Mis ojos se cubren de lagrimas y dan paso a mis pensamientos. Revolotean. Se burlan. Me aprietan el corazón.
Tristeza.

Todo lo que hace un segundo parecía fuerte. Brillante. Enorme ante nuestras miradas. Se rompe en millones de cachitos sin sentido. Millones de palabras perdidas en el espacio de un sentimiento alicaído.

Me llenas el corazón. Punzadas. Dentelladas. Dolor persistente. Por pensar en no sentir tu abrazo. Por morirme de hambre sin tu sonrisa.


Y de pronto todo explota.

Deja vú reincipiente. Lágrimas. Malas noticias que llegan como el frío de invierno. Se apoderan de mis entrañas y las manejan a su gusto.

Creo que te quiero. ¿Me quieres?. No puedes. Soy un fantasma. Jamás podrás amar a alguien que no existe. Que se desvanece en cuanto agachas la cabeza.

Una nube negra se a posado encima de mi cabeza. No me deja respirar. Me he despertado con los ojos hinchados de soñar. De vivir sintiendo tu respiración en mi espalda. Tu calor. Tu interminable y vibrante calor. La lujuria que me ha llevado al precipicio.


Y de pronto todo explota.

Me siento sola. He roto el caparazón. Ese que me ha acogido estos días. He aterrizado. Odio tener que hacerlo. Odio pensar en no verte.

La vida me ha susurrado “basta”. Me ha dado un fuerte golpe en la espalda. Me he caído de morros al frio suelo de la culpa. Culpa. Mea culpa.

Increíble es todo lo que te siento. Increíble lo que te agarras a mi alma. Increíble con que sencillez eres capaz de llegar hasta lo más profundo de mi corazón. Cerrado. Derribado. Engañado. Torturado y mutilado de sentir.


Y de pronto todo explota

Mi pobre corazón gris. Que late insaciablemente. Tropezándose. Haciéndose daño una y otra vez. Sin entender ni una sola palabra. Sin comprender ni un solo beso, ni un solo abrazo, ni una sola mirada.

Te vuelvo a querer. Te lo digo con los ojos. Todo el rato. Por la calle. En la cama. Bailando. Soñando con la cabeza sobre tu pecho.

Incertidumbre. Dulce trayecto de vida. Vías de un tren que no llega. Latir de un sentimiento que no ríe. No sabe como decirte. No sabe como llegarte. No sabe como saberte. Saborearte.

Y de pronto todo explota.
Todo se empapa de un sabor dulzón a realidad. De un giro. De un tren que se marcha. De un adiós que no se escucha. De un secreto. Un pesado secreto. Un amargo y doloroso secreto que puede detonar ese adiós que aun no nos ha llegado. Que aún no nos ha partido por la mitad.

Explota mi alma en mil pedazos de cristales de recuerdos. De dolor actual y placer pasado. Dejaré que me lleve. Que me ahogue. Que me envuelva. Que me arrastre.



Y de pronto


Todo explota

domingo, 29 de mayo de 2011




            Una vieja leyenda cuenta que antes de nacer, los niños y las niñas esperan, todos juntos en algún lugar del cielo, posados sobre nubes blandas. Sus ojos pueden vislumbrar sus futuras vidas, intuyen el destino según la familia que escojan. Por eso es sumamente importante dicha elección.
Cuando es su hora, un grupo de ángeles se acerca, y con el dedo índice, les sella los labios en señal de “silencio”, este leve toque les deja una marca en el labio superior y hace que jamás, sean capaces de expresar lo que sabe pero sí saberlo por dentro....

Según esta leyenda, las personas sabemos nuestro destino, sabemos que estamos abocados a una serie de problemas, situaciones, relaciones etc. pero este saber se encuentra agazapado en lo más profundo de nuestro ser.

¿Qué te lleva a tomar decisiones en la vida? ¿Por qué escoger entre una madre, un padre o un camino solitario? ¿Por qué escoger entre el deseo, la lujuria, la pasión y la estabilidad, el cariño, la rutina….el amor? Cualquier “toque”, susurro, recuerdo, visión, influencia es decisivo para tomar una decisión ¿Desde dentro o desde fuera?¿Para algo o por algo?

Difíciles cuestiones. Importantes consecuencias

domingo, 17 de abril de 2011

Puñaladas a mi misma



Estoy cansada, aburrida, verdaderamente harta.

Estoy cansada de que mis sábanas no huelan a nadie, no huelan a nada más que a soledad. Cansada de pensar si serás tú o tú, o tal vez tú. De la incertidumbre de unos besos de escarcha y alcohol. De las noches vacías de calor. De esperar, desesperar y defraudarme. De vivir a la pata coja mientras el mundo se arrodilla. De pensar "hoy sí". Del cruce de miradas mentirosas. De unos labios que solo susurran palabras sin fondo. De un adiós profundo y distante. De una puerta que se cierra dejando atrás un olor dulzón a pasión robada.

Me aburre pensar cada día que alguien será algo para mí. Me estoy empezando a cansar de buscar y buscar. De tropezar y caer, de levantarme mientras mis rodillas flaquean. De no quererme lo suficiente y no dejar que nadie me quiera.

Me he dado cuenta de que esto se me está escapando de las manos. Estoy sumergida en una espiral sin salida. Tengo que poner fin. Decir basta. Dejar de buscarte en bocas que no saben más que a amarga lujuria.

Una noche, unos ojos, unos labios, dos cuerpos, dos alma encontradas. Un adiós. Otra grieta en mi alma.
Acumulando despedidas, hinchando ilusiones que se pinchan por no ser lo que creía. Por esperar una reacción, una salida. Convencida que se esconde en el fondo de algún bar, entre alguna sonrisa destacable sin darme cuenta que mi ceguera está acuchillándome el corazón.

Error tras error. Dolor.


"Dejar de dejarme. Dejar de intentar acercarme. Y a la vez, dejar, de alejarme de mi misma"





(Un día alguien me dijo "quierete un poco más". Me acabo de dar cuenta de ese gran consejo. Seguí ignorando esa trampa, sin saber el agujero que me estaba haciendo a mi misma. Seguí bebiendo la vida a tragos, sin ser consciente de las grandes resacas que dejaban heridas.
Sentirte mejor no es cosa de otros, no se encuentra en miradas, en besos ni en palabras. Está dentro de ti esperando a despertarse con una buena dosis de amor propio)

sábado, 26 de febrero de 2011

¿Dónde están mis diarios?

He perdido las palabras que narran mi trayectoria. Se han extraviado por algún cajón polvoriento de alguna casa que habité. Junto a todas esas cosas que solemos dejar atrás, el dulce susurro de un amigo, la suave cantinela de un recuerdo caducado. No las encuentro por ninguna parte. Mis palabras de niña, mis palabras de adolescente, pensamientos impuros entremezclados con lecciones de vida muy efectivas. Mierda. Tengo que encontrarlos. Estén donde estén se que esperan que mis pupilas les den un buen repaso. Millones de letras revoloteando entre papel perfumando ya algo amarillento. Hechos que están ahí, ladrillos del muro de mi pasado que han ido construyendo lo que soy, lo que pienso y lo que siento. En resumen mi vida, mi vida hasta hoy escrita en tres pequeñas encuadernaciones, sin llave, sin restricción alguna. Sombra de mi misma, sin cerrar, con la cremallera abierta, con el contenido al descubierto, esperando a ser robada. A ser convencida definitivamente por el azar, dejándome arrastrar, dejando que suceda. Os echo de menos. Echo en falta mis palabras. Me aburro de que retumben dentro sin que puedan salir a coger un poco de aire al exterior. Definitivamente, necesitan dar una buena calada de nostalgia. Si no logro encontrarlas dentro, saldré fuera a buscarlas. Debo de terminar mi historia.

domingo, 13 de febrero de 2011

POR MORDER TUS LABIOS



Ya te dije lo que soy. Un tirado. Un cualquiera. Que malvive a su manera. Duermo poco. Bebo mucho. Moriré a la carretera o a los pies de una farola

No me creas mucho. Aunque no te mienta.

Vivo al día y a la noche. Tengo malas compañías. Porque son mis preferidas. Nose que coño esperabas. No me entiendo ni a mi mismo, Siempre me saco de quicio

Me siento solo aunque este contigo
No se vivir sin ti, no se vivir contigo
Cuando reviente todo, seguirás por tu camino
Para siempre es mucho tiempo
Una noche es poco rato
Me jugaría la boca, por morder tus labios.

No me tientes que entro al trapo. Yo no quiero madrugadas sin compartir almohadas.
Se nace y se muere solo y en mitad de ese camino quiero un rato divertido.

Quien fuese papel, para que me liaras.

(R)

viernes, 11 de febrero de 2011

CEBOLLA



Cebolla. Esa hortaliza tan útil y común en nuestras cocinas. Nunca nos pararíamos a pensar que tuviésemos, nosotros homo sapiens sapiens tan avanzados, algo en común con ella. Por dios. Que tontería.

Aunque no seamos conscientes y nuestras vidas transcurran entre un idas y venidas, bajones, subidones, cornisas de logros y socavones de perdidas, estamos llenos de capas. Capas y capas de miedos, de inseguridades, de amores estancados, de pensamientos caducados. Cada vez que nos quitamos una capa ganamos pero tambien nos hace llorar, nos escuece en el alma. Como nos escuece pelar una cebolla. Lloramos mientras nuestro estómago nos pide a gritos un poco de alimento. Al igual que lloramos cuando alguien no nos quiere mientras nuestro corazón nos pide a gritos que nos queramos un poco más a nosotros mismos.
Esas capas, que cada día aumentan, van colocándose de forma estratégica conformando nuestra personalidad, moldeándonos y haciéndonos ser como somos. Pintando el cristal desde donde miramos la vida, desde dónde decidimos los caminos que tomaremos. Cebollas distintas y hermosas, llenas de grietas, llenas de vida.

miércoles, 19 de enero de 2011

La conocí hace apenas unos años. Hermosa. Calmada. Pálida de silencio y tranquilidad. En ella, flotaban mis pensamientos. Mis voces se entremezclaban lentamente con los latidos de una vida ajetreada. La descubrí agazapada entre mis pasiones. Con la mirada perdida. Como una niña frágil y temerosa de ser derrotada en cualquier momento. La tomé de la mano y me senté a escucharla. Al principio me causó miedo, incluso tristeza. Sus grandes ojos llenos de sal me transmitian inquietud. De pronto sentí la fuerte necesidad de ruido, de voces, de gente a mi alrededor. La abandoné allí, en la misma postura hiriente en la que la encontré. Y voló lejos con sus alas de seda.
Volví a sumirme en una profunda tristeza. Comencé a desear volver a verla pero no la encontraba por ningun lugar. Todos los sitios estaban manchados de ruido, de incierto y mundanal ruido.
De pronto un día, rebuscando dentro de mi, apareció. Esta vez sonriente y brillante como un ángel nacido de un huevo de marfil. Se quedó conmigo. Me tomó fuerte de la mano y me abrazó con su corazón húmedo. Entonces hallé la calma. Y jamás volví a intoxicarme de ruido.


Nos aterra. Huimos continuamente de ella como si fuese algo que nos perjudica. Nacemos solos, morimos solos. En la vida vamos creciendo bebiendo de los demás, que nos enriquecen y perjudican,  somos como muñecos, recubiertos de miles de jirones de pieles ajenas, de emociones precocinadas, de sentimientos, prejuicios. Todo ello mezclado y aliñado con un poco de vinagre.

martes, 4 de enero de 2011

Mi gran amiga pájaro...

Quisiera volar.
Flotar.
Sobre ese mar de desesperanza, flotar sobre las ilusiones.
Alejarme.
Respirar, hicnharme de aire.
Amar.
Hasta que duela.
Reir.
Sentir la pureza de un abrazo
El cariño de una despedida
Volver a encontrarte.
Llorar
Romper mis ojos sobre tu espalada desnuda.
Y seguir flotando sobre el inmeso mar en calma.
Ajeno a todo mal.
Ajeno a todo dolor humano.