sábado, 31 de julio de 2010

Heridas cerradas.


A veces me gustaría estar vacía, hueca, solo piel y huesos.

Los sentimientos duelen, provocan llanto aunque también sonrisas pero marean el alma. Cuando creo tener el control de mi vida me tropiezo de pronto, ¿qué provoca este dolor? ¿Que te hace perseguir lo equivocado? Lo prohibido es demasiado irresistible, y el limite de lo que es prohibido o no lo marca uno mismo. La vida esta llena de imprevistos, de desgracias, de momentos llenos de luz, pero cada uno tiene los ojos de una materia diferente, las personas somos mundos apartes, distintos y llenas de vida, cada uno busca a su manera la felicidad propia, cada uno cree ser feliz de un modo u otro. Hacer las cosas bien te hace feliz, te reconforta, pero siempre habrá agujeros donde caerse, piedras donde tropezarse. Mi gran problema es el autoengaño, esa seguridad que se esfuma de pronto un día. No me sientas bien al ánimo, lo sabes de sobra, me hundes en océanos de tristeza. Pero me atraes irreversiblemente. Puedo vivir sin ti, pero eres como una droga en la que siempre vuelvo a caer, me recupero pero tarde o temprano tengo otro desliz contigo. Mi terapia es rodearme de personas que me provoquen paz, que me hagan reír, hacer las cosas que debo hacer y continuar con mi vida que promete mucho. No tengo control sobre mi misma, no puedo llevar con fuerza las riendas de mi vida si los sentimientos pueden conmigo. En estos dos años me he hecho realmente fuerte, he descubierto que la vida no es tan complicada, las personas no son tan buenas y el mundo no es tan grande. He salido del globo de tristeza y desesperación que nos envolvía a los dos, de lujuria y violencia. Del peligro de esa fuerza que nos atrae a ambos. Del daño que nos hacíamos con mentiras. He conocido a gente nueva, personas hermosas. He vuelto a mi ser, a mi sonrisa, a brillar con luz propia y a no esconderme bajo tu sombra. Pero aún tengo miedo, creo tener el control, creo poder con la situación pero solo es autoengaño. No es solo sexo, hay algo más. Existe un sentimiento de no haber podido contigo, de no haber hecho las cosas como se debían hacer, una pregunta que seguirá siempre rondándome de por que no funcionó lo nuestro, porque esta atracción acaba siempre en desastre, en odio y en llanto. Amor odio es el nombre más común. Pero es que yo no te se odiar, me puedo compadecer, o ser indiferente pero no odiarte, no sé. Cada vez tengo más claro que me cuesta cerrar el baúl con llave si no soy yo la que gano, si no soy yo la que me marcho. El tiempo y la distancia nos ayudarán a continuar porque juntos nos podemos destrozar el uno al otro. Siempre te acabo haciendo daño y tu a mi también. Te huelo a distancia, te siento, si te acercas se me nubla la razón, no pienso en mí, tu olor me invade por fuera y por dentro. No es admiración ya, ni tampoco es obsesión, es una sensación muy extraña que jamás he tenido con nadie y si la vuelvo a tener con otra persona me olvidaré completamente de ti. No quiero pensar ni darle mas vueltas al asunto, asumamos que no podemos estar juntos, tendremos que desengancharnos y para ello el requisito es no vernos porque en el momento que lo hagamos volveremos a recaer, como el fumador al cigarro, como el alcohólico a la bebida, como el yonki a la coca. Igual. Me ciego de ti. Dejémonos vivir el uno al otro.

El Mapa de la vida


¿Qué surca por tu piel? cansada de latir, cansada de tantos atardeceres descosidos.
Es imposible contar los rios de historias que surcan tu cuerpo marchitado ya de vivir. Acantilados de años.
¿Qué escondes en tus marchitados ojos? llenos de lágrimas que jamás se atrevieron  a salir por miedo a ser condenadas por el estío.
Tú, mujer sabia.
Tú, que tanto sufriste.
Tú que ahora te ves desplazada al cruel mundo de los días soñados, a vivir con esos recuerdos que doblan tu espalda, que tanto pesan sobre tu ajado cuerpo.
A teñirte los sueños de amenaza de muerte, a vislumbrar la muerte de una estrella fugaz de lonjeva vida.
No me apiado de ti, porque conozco tu forma pero no tus entrañas. Mis ojos, jóvenes, llenos de vida, hambrientos de risa y llanto pueden observarte. Vieja. Descolorida. Apenada.
Pero no me compadezco, eres como un roble, cuyas ramas, ajadas y sin hojas, acarician el cielo. Cuyas raices, profundas y gruesas, se adentran en las entrañas de la tierra.
Me adentro en tu mirada, y puedo sentir ese remolino que llevas dentro.
Esa luz, cada dia mas apagada, esos sueños acumulados en cofres de vida.

Mi playa


Aveces, cuando paseo por mi querida playa, por esa playa llena de sentimientos resguardados, en cada granito de arena, por esa playa cuyas olas acarician la orilla con una suavidad infinita, sueño despierta.
Soy capaz de imaginarte, de sentirte. Aun me queda el alo de aquellos momentos hermosos que viví junto a ti. eEs como si esta playa, mi playa, tuviese la capacidad de capturar aquel amor, borrado a base de golpes. El dolor, las lágrimas, la rabia, todo lo expulsa mar adentro, se lo comen los peces y desaparece para siempre. Desaparece de la mano de esta desesperación de no tenerte.

Cuando se apagan las voces, y el sol se cansa del largo dia lleno de luz, descalza, desnuda por dentro y por fuera, me deslizo entre la espuma de las olas de esta playa, tan silenciosa, tan sabia, tan mía. Me dejo llevar por sus ecos lejanos, de historias saladas y cabelleras de roca. Cierro mis ojos, cansados de llorarte y me abandono a la profunda soledad de sus resplandeceres de arena y sal.

La siento totalmente parte de mi, com un refugio al que huir cuando me atormetan los negros pensamientos, como un lugar colmado de paz en el que mi mente se vacía por completo, dejando hueco a nuevas experiencias, un lugar donde encontrarme contigo, con ese recuerdo tuyo de cuando aún eramos felices.

Mi playa, mi amor, mi sueño.