Rabia. Ansiedad. Rabia. Incertidumbre. Miedo.
No puedo estar tranquila. No se estarlo en esta situación. Odio pasarme la vida buscando algo. Odio esperar un cambio. No me hace bien. Odio esperar y que tu reacción no sea como yo creia. Para eso prefiero no tener que esperar nada. Cada día que pasa se me hace mas complicada esta situación.
No se estar así.
Tampoco se si soy yo la que tiene realmente el problema. Quizás necesite ayuda. Pensaba que algo dentro de mi había cambiado. Que ya no serían tan difícil estas cosas pero ahora veo que si. Me paso el día pensando en como sería y me frustro cuando veo que no es. No dejo de mirar el móvil y preguntarme porque. Y se que esto no solo me hace mal a mi sino que a ti también. No puedes tenerme de primer opción. No puedes y no sabes. Y yo no se asumirlo. Al final voy yo. Porque dentro de mi hay algo que no quiere que te esfumes. No quiero olvidarte. No quiero alejarme por si lo hago tu también desaparezcas y cuando vuelva solo me encuentre un agujero vacio. Un agujero en mi corazón. Odio que tus acciones tengan tanta influencia en mi. Odio que si no estás yo tampoco esté.
No me gusta sentirme así de vulnerable.
Y en ocasiones retrocedo al pasado y se me encogen la entrañas. Revivo esos abandonos. Esas lagrimas. Esa ansiedad de no saber donde estaba él. Y comienzo a plantearme ¿Soy yo? No me parece sana esta necesidad incoherente.
Ya no funcionan las palabras.
Dejaron de funcionar hace tiempo. Cuando las acciones comenzaron a enredarse en un sin fin de banalidades, las palabras perdieron su brillo. Ya no tienen alas ni los "te quiero". Los días se han convertido para mi en una espera. En incertidumbre. Adornados por los mas minimos destellos. Y yo me sumerjo en mi remolino y me vuelvo a perder.
No quiero ponerme fatalista. Que a veces he de reconocer que me encanta la tragedia. Solo que cuando estoy perdida escribo. Y me dejo llevar por unos instantes. Para poder volver a la realidad después con más fuerza.
Eso es todo por hoy.
