sábado, 31 de julio de 2010

El Mapa de la vida


¿Qué surca por tu piel? cansada de latir, cansada de tantos atardeceres descosidos.
Es imposible contar los rios de historias que surcan tu cuerpo marchitado ya de vivir. Acantilados de años.
¿Qué escondes en tus marchitados ojos? llenos de lágrimas que jamás se atrevieron  a salir por miedo a ser condenadas por el estío.
Tú, mujer sabia.
Tú, que tanto sufriste.
Tú que ahora te ves desplazada al cruel mundo de los días soñados, a vivir con esos recuerdos que doblan tu espalda, que tanto pesan sobre tu ajado cuerpo.
A teñirte los sueños de amenaza de muerte, a vislumbrar la muerte de una estrella fugaz de lonjeva vida.
No me apiado de ti, porque conozco tu forma pero no tus entrañas. Mis ojos, jóvenes, llenos de vida, hambrientos de risa y llanto pueden observarte. Vieja. Descolorida. Apenada.
Pero no me compadezco, eres como un roble, cuyas ramas, ajadas y sin hojas, acarician el cielo. Cuyas raices, profundas y gruesas, se adentran en las entrañas de la tierra.
Me adentro en tu mirada, y puedo sentir ese remolino que llevas dentro.
Esa luz, cada dia mas apagada, esos sueños acumulados en cofres de vida.

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