sábado, 26 de abril de 2014

INCREDULA




Estoy en unos momentos de la vida en el que no me creo nada de nadie. Creo que mi confianza ha entrado en un coma profundo y está tan a gusto que de momento no quiere despertar. No es que me haya llevado muchas desilusiones, alguna que otra siempre revolotean por ahí pero también debemos plantearnos si dependen de nuestras propias inseguridades y de lo que depositamos en los demás.

Quizás puedas ser tú que me hayas vuelto así, o yo misma como mecanismo de seguridad, quizás es la manera que tengo de recrearme por dentro, de conocerme mejor, de desengancharme del exterior e intentar comprenderme un poco mejor a mi misma, de lograr que lo que me diga el mundo no me importe ni me influya tanto, de quererme tal y como soy, de no compararme con nadie.

Sea lo que sea, lo único que se seguro es que no me siento segura de nadie. No me siento segura de que lo que tenga ahora esté mañana, no hasta tal punto de enloquecer y llenarme de miedo, afortunadamente tanto no.

Pero contigo si me pasa.
"Es normal" me dice el mundo.
Yo no se ya ni que me digo.

Me digo tantas cosas. Depende el sol y de lo llena que esté la luna. Ya no se ni lo que me digo. Me digo que no confió en ti. Y a ti también te lo digo. Me digo que tengo un miedo atroz y enorme a escuchar de palabras de alguien que ha ocurrido lo que más me temo. O peor, de verlo yo. Me digo que debo de ser fuerte. Y a ratos puedo y no puedo. Se que está ahí. Que es algo que pasa. En todos los sitios. En todos los lugares. Los corazones se rompen. Se reconstruyen. Se vuelven a romper. Y eso no me apetece nada.
 

No me gusto cuando tengo miedo y hago cosas por eso. No me gusto pequeña. No me gusto mentirosa. No me gusto aparentadora de algo que realmente no soy.
Aunque aun no se bien lo que soy. Pero estoy en medio de esa búsqueda.
Se que soy valiente. Se que soy positiva. Se que soy capaz de lo que me proponga siempre que sea real. Se que la vida me sonreirá. Y sobre todo se, que en los momentos que no lo haga, le sabré sonreír yo a ella.
Se que me remueves pero también se que no me beneficias.
Se que estoy dividida aun. Y que sigue existiendo esa mitad que me susurra "sigue" "merece la pena"
Continua lucha de mitades. Dilemas cotidianos
Pero tengo miedo.
Tengo miedo a la mentira y a que me destroces esto que tengo en el pecho
Tengo miedo a dejar de ser yo misma
Tengo miedo a no reconocer los limites entre el amor propio y el orgullo.
A que me arrastre la marea y ahogarme.

Miedos cotidianos. Lo se. Pero mueven mis días y debo de prestarles atención, aunque no demasiada.

Ironia que cuanto más lo hago más crece el miedo y si no lo hago me pregunto si lo haces tú. Maldita inseguridad que me corroe. Y se que aunque esto sería un seguro lo tendría.
Soy consciente de que es una cosa mía. Nada más que mía. Quizás solo al distancia pueda curarme.

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