Invididualismo, egocentrismo, narcisisimo...
Términos que definen este siglo y que nos llevan a la privatización de la vida social, a la ruptura de lo humano, al aislamiento. Nos asustamos los unos de los otros. Vivimos con miedo y tensión. Somos manipulados, controlados. Estamos asustados pero ¿de qué? ¿no somos acaso nosotros mismos los que en parte propensamos esto?
Aun recuerdo el día cuando en Bilbao un vagabundo se calló en una estación de tranvía y la gente le dio la espalda. Yo lo estaba viendo todo desde el autobús y pensé "yo nose si le hubiese ayudado tampoco" Me provoca tristeza pensar en que el mundo cada día es más frío.
Me provoca miedo pensar hasta donde llegaremos. Las calles de Roma, plagadas de personas sin techo, de madres con niños, de jóvenes deteriorados por el frío y por la dura vida de la calle vagan como almas en pena. Son el reflejo de esta sociedad corrupta. Son las pupilas de los hombres y mujeres ricos, acomodados en sus salones de aterciopelada indiferencia. Muchos de ellos no quieren dejar la calle. Se sienten libres. Esto me hace pensar mucho. El hombre volviendo a sus instintos básicos de supervivencia. Rechazando el consumismo. Profundamente atado a una tristeza continua que le lleva a la indiferencia y al deterioro. El hombre mano a mano con otros, en algunos casos compartiendo, en otros aislándose. El hombre sin alma, sin sueños. Sombra de un futuro que no trae buenas profecías. No sabemos como cambiar la sociedad. Teória sistémica. Empezemos por empezar a cambiar nuestras mentes y nuestros corazones.
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