GRITAR. Tan alto que el mundanal ruido se quede en segundo plano. No se muy bien si es tristeza o exceso de felicidad contrastada. Tantas emociones y sensaciones nuevas bombardeandome dentro. Me desarman. Necesito marcharme.
SOLEDAD. Necesito soledad y no se donde hallarla. Finalmente me refugio en las personas sin encontrar mi propia paz. No fluyo. Me estanco en un continuo remolino de emociones, que me traen, me llevan a su mercer. Como desearía a veces ser más simple. Ser invisible, desaparecer. Acurrucarme en un hueco muy profundo de mi conciencia. Todo me saca de quicio. Mis pensamientos son grises.
GRIS.Todo me parece mal. Se que conoces esos dias. Aun no he encontrado una manera de afrontarlos. Aun no me considero una persona fuerte. Todo lo de fuera me influye demasiado. Me canso facilmente. Me ablando y me desintegro. Vuelvo a ser pequeña. No quiero llorar, no sin estar sola. No se separarme. No se intergrarme. Floto en un estado intermedio. Mis palabras son como estalactitas que se clavan en la noche. Que me hacen sangrar incluso a mi.
A veces me planteo el porque de muchos de mis comportamientos. Me planteo mis pensamientos, mis acciones. Me planteo como soy con los demás, como son los demás conmigo. Me dejo sorprender y me sorprendo. Me siento sola. Profundamente sola en el lugar más concurrido del mundo. Me observo, me analizo, me juzgo. Me castigo. Me quedo callada. Espero sin buscar.
A veces pienso que sola viviría mejor. Me molesta la gente. Pero también la necesito.
Hoy es un día de esos en que es mejor no pensar demasiado. Pensamientos tóxicos que me corroen por dentro y que no me llevan a ningún lugar. Optaré por distraerme. No me apetece abrirme a nadie.
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