miércoles, 31 de octubre de 2012

Día de lluvia






"Las personas languidecen durante años con parejas que son de otro planeta, deseamos tanto creer que hemos encontrado nuestra alma gemela, hay que ser valiente para ver lo real en contraposición a lo cómodo

Necesito soledad, hoy necesito sentirme y quererme, parar por un momento estos frenéticos días y reflexionar sobre mi. Tantas experiencias. Tantas personas. Tantos sentimientos revueltos aquí dentro. Vomitados. Me duele el estómago. Me duele el corazón que late sin ser escuchado. Fuerte. Vigoroso. Te he sentido poco pero se que sigues ahí. Ahora, en otra ciudad diferente, lejos de lo cotidiano, lejos de las personas que realmente saben como soy, me siento sola. Se que no es malo. Es algo totalmente normal y sano. Pero no puedo evitarlo. Creo que tampoco quiero. No lo necesito.
Nuevas miradas, nuevas personas. Millones de palabras, sonrisas, revoloteando en mi mente y ante mis ojos. Voces, gritos, carcajadas al otro lado de la habitación. Aquí sola yo. Solo yo y mi conciencia. Manchada, algo atormentada por miles de juicios. Día lluvioso. Alma empapada. Lo bueno y lo malo se entremezclan formando una sinfonía de sombras. Tú estás lejos, borroso. Cada día los escasos recuerdos que construimos juntos se ven más lejanos. Lucho por que sigan dentro de mí. Se que tu también lo haces, tralléndolos de vez en cuando al presente. Aveces frío. Tengo fe en ti. Una fe ciega e irracional que me hace sonreir. Miro hacia atrás y veo mi recorrido. Miedos que paralizan. Pieles que se vuelven de porcelana. Cuerpos desnudos. Palabras evaporadas. Necesidad de amar y de ser amada. Continua y febril necesidad de sentir. De vivir. De construir. De avanzar. De cambiar. No escribo por que me lean. Solo escupo sentimientos. Los planto aquí, en mi pantalla. Los dejo que fluyan. Fuera de mi mente. Comodidad. Capacidad de desarrollarla en cualquier lugar. Felicidad fugitiva. Tristeza profunda. Que aveces flota sobre mi cabeza y se deja caer sobre mi. Música al otro lado. Risas ebrias. Personas nuevas. Planes nuevos. Alcohol que todo lo transforma. Ironía. Elegir un camino ahora que no concuerda con lo que parezco necesitar. Pero eso nunca es seguro. Nada es seguro en está vida. Todo se puede evaporar de un momento a otro. Las personas. Las creencias. Los sentimientos. La vida. Fugacidad en estado puro nos envuelve y nos desconcierta. Seguridad efímera. Un día en la cima, otro bajo tierra.


"Estoy bien". Claro que lo estoy. Tengo todo lo que necesito. Estoy en el lugar que desde hace mucho tiempo desee estar. Miedo. También me acompaña. Siempre me acompaña. El miedo nos hace frenar. Retroceder en ocasiones. Tristeza. Aveces aparece. El hogar lejano. Lo cotidiano lejano. Futuras posibles amigas. Futuras posibles personas que llenarán parte de mi corazón. Aún se esta construyendo ese algo que dentro de un tiempo serán los ladrillos de esta experiencia. La noche. La fiesta. Lugares de socialización contemporánea. Autoestima. Que sube, baja, Que se siente atacada. Atormentada. Cada día es un reto. Cada momento un nuevo río que cruzar. Me siento afortunada por estar aqui pero a veces me planteo mis ambiciones. Mis necesidades. Millones de pajaritos revolotean aun en mi cabeza. Con dos figuras que me empujan. Que me educan. Que me aconsejan. Aunque la mayoría de las veces no sepa comprenderlo. Necesidad de cambio que siempre me ha acompañado. Duda de huida o necesidad de novedad. Ahora me planteo todo eso. ¿Sé estar totalmente cómoda en algún sitio? ¿o necesito cambiar para huir de lo que no me llena completamente? ¿externo o interno? ¿soy realmente así?. Crisis de personalidad. Voces belgas retumbando al otro lado de mi pared. Aquí, en esta habitación nueva, tapada con esta manta prestada, me siento yo. Siento que estoy donde realmente quiero estar. Que estoy siendo fiel a mi misma. En paz con mis sentimientos. En paz con todo. En calma pero a la vez conmovida. Pienso en ti. A menudo lo hago. Estas presente. Unas veces más fuerte, otras menos. Pero no dejas de estarlo. Como he cambiado. Tengo miedo a la decepción. No quiero volver a cometer los mismos errores. Pero aún no se si sigo con esa venda. Me queda tanto camino por recorrer. Practico el autocontrol. Intento evitar esos momentos de autodestrucción. De empacho. Supongo que es mi forma de dañarme. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario