La vida está llena de puertas por abrir y otras que deben ser cerradas. De llaves perdidas, extraviadas y encontradas. El cambio es hermoso aunque a veces cuesta admitirlo.
La vida está llena de personas que pasan, que caminan a tu lado, que se situan de frente y no te dejan avanzar. La relativida es tan palpable que a veces nos nubla la vista. No nos sentimos preparados. Nos asusta todo lo nuevo.
Así me siento ahora.
En mis espaldas, una vida, hasta ahora hermosa y fácil, en mis pisadas, personas que siguen a mi lado, sombras del pasado que dudan en volver, millones de recuerdos adormilados que han dejado en mi boca un sabor dulce, a veces amargo pero que han hilado mi ser actual.
Mis pupilas no alcanzan lo que vendrá, mi mente trabaja a jornada completa por un salario de risa, por una incertidumbre que me aprieta el estómago. Mi corazón, lleno de bruma se siente tranquilo a tu lado y a la vez tiene miedo. Blanco y negro, tristeza e infelicidad.
Los cálidos brazos de la rutina me aprisionan y me susurran al oído "quedate" pero mi alma aventurera, de pájaro bucanero no escucha esas palabras, está ansiosa de nuevas experiencias, nuevos retos. Ahora mismo no me encuentro con fuerzas, pero se que volverán a nacer. La distancia, traicionera, parece burlarse de mi, aunque quizas me ayude más de lo que creo. Escupo palabras que brotan de mis entrañas, anhelo un futuro a tu lado.
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