martes, 28 de agosto de 2012

Doors




La vida está llena de puertas por abrir y otras que deben ser cerradas. De llaves perdidas, extraviadas y encontradas. El cambio es hermoso aunque a veces cuesta admitirlo.

La vida está llena de personas que pasan, que caminan a tu lado, que se situan de frente y no te dejan avanzar. La relativida es tan palpable que a veces nos nubla la vista. No nos sentimos preparados. Nos asusta todo lo nuevo.

Así me siento ahora.

En mis espaldas, una vida, hasta ahora hermosa y fácil, en mis pisadas, personas que siguen a mi lado, sombras del pasado que dudan en volver, millones de recuerdos adormilados que han dejado en mi boca un sabor dulce, a veces amargo pero que han hilado mi ser actual.
Mis pupilas no alcanzan lo que vendrá, mi mente trabaja a jornada completa por un salario de risa, por una incertidumbre que me aprieta el estómago. Mi corazón, lleno de bruma se siente tranquilo a tu lado y a la vez tiene miedo. Blanco y negro, tristeza e infelicidad.
Los cálidos brazos de la rutina me aprisionan y me susurran al oído "quedate" pero mi alma aventurera, de pájaro bucanero no escucha esas palabras, está ansiosa de nuevas experiencias, nuevos retos. Ahora mismo no me encuentro con fuerzas, pero se que volverán a nacer. La distancia, traicionera, parece burlarse de mi, aunque quizas me ayude más de lo que creo. Escupo palabras que brotan de mis entrañas, anhelo un futuro a tu lado.

Solo yo poseo la llave de esta puerta, pero sin cerrar la anterior estaré expuesta a una fuerte corriente. Confío en mi mente, en mi cuerpo, en mi fuerza bruta interior que tan oportuna ha sido en los momentos de tempestad. Confío en esto que hemos construido, inicio de algo grande, quizás de un capítulo más por cerrar. Aun no lo se. Jugaré con el "ya se verá". De poco me sirve ahora guiarme por patrones inexistentes, por sueños de humo, por proyectos de aire. Tengo en mis manos los momentos especiales, las sonrisas, los detalles que tanto me han llenado. Cargada de sensaciones inexplicales me marcho lejos de nuevo, esta vez un poco más, en busca de cofres sin abrir, de puertas de pomo dorado, de miradas arrebatadoras. Mi tesoro es la vida y mi barco este cuerpo, marcado de momentos y joven de corazón. Sin diarios, sin palabras, tan solo con la incertidumbre de lo que me aguarda.

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